viernes, 29 de junio de 2012

The Godfather


Durante el prolongado tiempo de ausencia que nos tomamos en El Guionista, no dejé de estar pendiente del blog: corrigiendo cosas, agregando otras y, sobretodo, pensando qué películas faltaban a este humilde pero cálido espacio de expresión cinéfila. Llegué a la conclusión de que muchos de mis largometrajes favoritos no se encontraban aquí. Hoy, además de una de mis predilectas, haré mención al clásico de clásicos, quizás el más importante film de todos los tiempos: The Godfather (El Padrino).



Verano de 1945; se celebra la boda de Connie (Talia Shire), hija del jefe mafioso de una de las cinco familias que manejan la ciudad de Nueva York, Vito Corleone (Marlon Brando). Como mandan las bodas sicilianas, todos los miembros de la familia de los homenajeados deben estar presentes, como también los amigos y las personas cercanas. Mientras el Don atiende distintos asuntos y escucha las peticiones de allegados y protegidos, su hijo menor, Michael (Al Pacino), regresa a su hogar (luego de haber sido condecorado héroe de guerra), acompañado de su flamante novia, Kay (Diane Keaton).

Michael es el distinto de los Corleone, se podría decir “la oveja blanca”. Pese a los planes de Don Vito, él se alista al ejército y pretende llevar adelante una vida pura y cristalina, sin desconocer ni olvidarse de sus vínculos sanguíneos. Durante la fiesta de casamiento también se reencontrará con sus hermanos Sonny (James Caan), Fredo (John Cazale) y Tom Hagen (Robert Duvall). A diferencia de él, sus hermanos sí están comprometidos con los “negocios” de la familia y muy pendientes del nuevo mercado emergente: el de las drogas duras (especialmente, la heroína).

Don Corleone se reúne con “el Turco” Sollozzo, un traficante siciliano que responde a la familia Tattaglia, que le ofrece el 30% de su ganancia a cambio de un millón de dólares y protección legal. Pese a la tentativa, el capo mafia rechazará la oferta, ya que considera que el negocio de las drogas es sumamente peligroso e incluso podría poner en riesgo todo el respaldo que él posee en las altas esferas. Esta decisión sorprende a Sollozzo y cae aún peor en el resto de las familias que componen esta gran red del hampa. A partir de aquí habrá un quiebre en sus relaciones y la guerra entre ellas se desatará en las calles, donde ningún tipo de custodia o cuidado será suficiente.

Ya en la primera media hora de la cinta, durante el casamiento, podremos empezar a dilucidar las personalidades de los distintos protagonistas. Vito Corleone, el padrino, es un hombre para respetar, al que su voz pausada y rasposa te impide desobedecerlo y su presencia logra intimidar tanto a amigos como a enemigos. Sonny Corleone, su hijo mayor, está destinado a sucederlo en el trono, pero su agresividad, su falta de diálogo y sus actitudes impulsivas le juegan muchas veces en contra. Fredo Corleone, en cambio, es el de aspecto más débil y manipulable. Tom Hagen, el hijo adoptivo, el más estratégico, frío y contemplativo, es la mano derecha del Don, su consigliere. Finalmente, Michael Corleone, el hijo menor, un héroe de guerra que pretende mantenerse alejado de los negocios y llevar adelante una vida honesta. Sin embargo, es el de carácter y fortaleza más parecida a su padre.

En la primera escena, junto a Bonasera, seremos testigos de todo el poder que emana el personaje interpretado por el enorme Marlon Brando. Sus expresiones, sus gestos con las manos (cuando se rasca la mejilla o cuando algo le causa mucho dolor), su mirada y sus inflexiones en la voz, se unifican logrando una perfecta definición del personaje más trascendente este film y la apropiación total del personaje por parte del actor. Cada vez que percibamos algo relacionado a “Vito Corleone” nuestra imagen mental nos redireccionará directamente al gran Marlon Brando y su caracterización.

Para Pacino, Caan y Duvall, no sólo significó el salto a la fama, sino también la realización de las interpretaciones más importante de su carrera. Estos tres actores compartieron terna al Oscar por mejor reparto, un hecho bastante atípico pero totalmente merecido. Difícil elegir uno, aunque me encantó la entrega y la potencia de Caan para con Santino Corleone. Finalmente, ninguno de ellos lo ganó (fueron derrotados por Joel Grey de Cabaret), y el que sí se llevó uno fue Brando (mejor actor principal), pero decidió rechazarlo y envió a la actriz india, Anna Kashfi, en forma de protesta por la discriminación de Hollywood hacia los aborígenes.

Es difícil de entender cómo hay gente que se niega a darle una oportunidad a esta película, como mi amigo Facu Franco. Si es por la longevidad de la obra, ¿vamos a clasificar a todo lo viejo como malo? Ignorancia pura; más si tenemos en cuenta que todos aquellos que la vimos no nos cansamos de tirarle flores a esta obra maestra. ¿Es por su duración? Ya esto sería el colmo de la estupidez; espero que esos mismos que se basan en este argumento no hayan visto ninguna de las entregas de El Señor de los Anillos. ¿No resulta atractiva la temática? No es un film de mafias corriente; es el mejor. Aquí podremos conocer sus códigos, su manera de proceder, los valores, la importancia de la familia y del rol del hombre. El amor, las costumbres, la traición, el tráfico, la sangre; no queda tema sin tocar.

Además, ¿quién se puede resistir a ver tamaños actores juntos en un mismo largometraje? Marlon Brando, Al Pacino, James Caan, Robert Duvall, Diane Keaton, además de los enormes aportes de John Cazale (Dog Day Afternoon, The Deer Hunter), Sterling Hayden (Dr. Strangelove), Talia Shire (Rocky), John Marley o Richard S. Castellano. Todos ellos, bajo la magnífica dirección del gran Francis Ford Coppola, el mejor durante esa época. No todos pueden realizar tres obras cumbres en siete años (El Padrino, El Padrino II y Apocalipsis Now) ni tampoco tener la habilidad de hacer resplandecer a grandes figuras por igual en elencos galácticos.

Por último, no puedo obviar el dato de que, cuando decidan exponer todos sus sentidos y emprender este viaje de sensaciones y emociones, se enfrentarán ante el mejor guión de toda la historia del séptimo arte. Desde frases tan profundas y verdaderas como “Un hombre que no le dedica tiempo a su familia jamás podrá ser un verdadero hombre”, a otras menos filosóficas, pero sumamente descriptivas como “Le haré una oferta que no podrá rechazar” o “Deja el arma, toma los cannoli” (ésta es mi favorita). El Padrino es una perfecta cadena de escenas descomunales (como la de la cama del productor de Hollywood, la del peaje, la del hospital) que de destacarlas todas estaría narrando toda la película.

Esta saga, basada en la novelas de Mario Puzo, fue nominada a 11 premios Oscar, obtuvo los de Mejor Actor (Brando), mejor guión adaptado (Ford Coppola y Puzo) y mejor película de 1972. También nominada a 5 Globos de Oro, adjudicándoselos todos. Considerada por el portal IMDb como la mejor película junto a The Shawshank Redemption, como también por el sitio Filmaffinity. Particularmente, la he visto cinco veces de principio a fin (una en el cine, muy bien acompañado) y me resulta imposible evitarla si la encuentro en algún zapping furioso.

¿Por qué pienso que los 70’s fue la mejor década del cine? Porque fue el lapso donde los mejores actores de la historia brillaron y supieron lucir su apogeo. Donde se produjeron los filmes más notables y que reinventaron a la industria, rompiendo los paradigmas anteriores. Esta obra de culto es uno de estos máximos exponentes. Integra mi podio personal de mejores películas que he visto, sólo superado por una. Aunque para muchos, esta primera parte de la saga es el mejor largometraje de todos los tiempos. Conclusión: si les gusta el buen cine, amarán a El Padrino.

Ficha Técnica

Reparto: Marlon Brando – Al Pacino – James Caan – Robert Duvall.
Director: Francis Ford Coppola.
Duración: 175 minutos.
Año: 1972.
Calificación El Guionista: 10.
Películas por catálogo: más que incluida.

Trailer para Cine

2 comentarios:

  1. La primera vez que vi esta trilogía me quedé tan sorprendida como confundida. Me había enterado de la historia pero se me escapaban muchos detalles y personajes secundarios. Siempre he querido volver a verla para enterarme algo mejor, pero todavía no he tenido la ocasión.

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  2. Yo creo que recién la tercera vez que la vi pude disfrutarla un 100%, prestando atención a los detalles que parecen menores en la primera vez, que enriquecen aún más la obra.

    Sabés que mi opinión (como la de muchos otros) es que, de tener tiempo, hay que darle oportunidad porque lo merece enormemente.

    ¡Muchas gracias Bea por volver a comentar! Esperamos por más de tus aportes.

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