viernes, 28 de septiembre de 2012

Driving Miss Daisy


Curiosidad: de esta manera es que llegué a este film. La anécdota es bastante simplona, pero deja expuesta una realidad. Me resultaba interesante saber cuál fue la ganadora del Oscar a mejor película, el año en que yo nací. Así es cómo conocí a Driving Miss Daisy (Conduciendo a Miss Daisy), una obra de la que jamás había escuchado mencionar y nunca vi en la televisión desde que recuerdo haber tenido los más de veinte canales de películas de cable.



1948; Daisy Werthan (Jessica Tandy) es una mujer viuda de 72 años que vive en Atlanta, Georgia y pertenece a la colectividad judía. Una mañana como cualquier otra, se preparaba para ir a la ciudad con su lujoso auto, pero algo en ella falla y termina chocando en el patio del vecino, donde viven niños. Por dificultades con los seguros y para cuidar la integridad de su madre y de las demás personas, Boolie Werthan (Dan Aykroyd) decide contratarle un chofer. El elegido es Hoke Colburn (Morgan Freeman).

Sin embargo, Daisy se opone férreamente a la idea de su hijo, aunque ella no puede romper el contrato con el nuevo empleado. En consecuencia, la señora expondrá su avaricia, destrato y desconfianza a flor de piel. Sin importar esto, el simpático y pícaro Hoke hará todo lo posible para agradar a Daisy y demostrarle que es un hombre de nobles intenciones. Pese a sus diferentes presentes y a sus muy distintas formas de ser, a lo largo de los años de compañía y convivencia se darán cuenta de que tienen mucho más en común de lo que inicialmente creían.

Primero debo comenzar hablando de sus protagonistas. ¿Qué más se puede agregar del enorme Morgan Freeman? No mucho. Adquiriendo algo de nombre tras su nominación al Oscar por Street Smart (otra película que nadie vio y nunca pasan por televisión), Driving Miss Daisy fue el gran despegue para una carrera formidable que también lo hizo brillar en The Shawshank Redemption, Se7en o Invictus. Su papel es tan sutil y tan cálido que te dan ganas de que sea tu amigo y te cuente todas sus historias.

Igualmente, la que se lleva todos los laureles, rosas y demás arreglos florales es Jessica Tandy, actriz que desconocía por completo. Lo más notable es la evolución de su línea dramática, interpretando al muy rico personaje de Miss Daisy, a lo largo de más de 20 años junto a Hoke y cuidado por su hijo. Sus miradas, el movimiento de sus cejas o sus gestos dicen mucho más que sus palabras desagradables, al inicio, y luego más conscientes y agradecidas. Dan Aykroyd también se desempeña en gran forma, en un papel más serio e involucrado de los que suele aceptar. Los tres recibieron nominaciones al Oscar por sus perfomances, siendo Tandy la única que lo obtuvo (muy merecidamente).

Me gustó mucho esta obra, incluso la sentí como una caricia al alma. No obstante, no creo que haya sido la mejor película estrenada en 1989. No las vi todas, es cierto, pero My Left Foot me pareció algo mejor, más comprometida y más cruda. Sin embargo, la adaptación de la obra de teatro del guionista y escritor Alfred Uhry es sumamente tierna y emotiva. Su esencia del teatro queda plasmada en el plano de la sala, durante el incidente de la lata de salmón. Además, otra escena magnífica (si no es la mejor) es el final del viaje en auto, previo a la cena de Martin Luther King.

Es algo complicado y, especialmente, muy simplista catalogarla en un género. Lo más fácil sería hablar de un drama. Sabemos que para Aristóteles, en su Poética, el drama puede ser tragedia o comedia, según su final y las capacidades de sus héroes. En esta cinta, no puedo afirmar que pasen ninguna de las dos. Es cierto, hay toques cómicos y unas cuantas sonrisas se dibujarán en nuestro rostro al ver este precioso film; pero eso no la convierte en un ejemplo de ese género. También se lo podría a considerar un film familiar, pero tampoco es el más definido.

Al sumar todos estos diversos componentes me veo en la obligación de darle una clasificación personal: Paseando a Miss Daisy es una película de la vida misma. Va más allá de un retrato de una persona y sus seres más cercanos, sino es una enseñanza completamente humana de cómo envejecer y tener muy presentes cuáles son las cosas que realmente importan en esta vida; como la amistad.

Ficha Técnica

Reparto: Morgan Freeman – Jessica Tandy – Dan Aykroyd.
Director: Bruce Beresford.
Año: 1989.
Duración: 96 minutos.
Calificación El Guionista: 7.
Películas por catálogo: incluida.

Trailer para Cine


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